sábado, 31 de enero de 2009

SE TÚ MISMO

Son tres palabras que podrían transformar a toda la humanidad, podrían facilitar el nacimiento de un hombre nuevo. El pasado de la humanidad ha sido un esfuerzo constante para que no seas tú mismo. De ahí que los sacerdotes, políticos y pedagogos, te han dicho que seas otra persona. Sé un Cristo dicen los cristianos, sé un Buda, dicen los budistas, pero después de varios siglos de existencia de la humanidad, no ha aparecido ningún otro Cristo, ni ningún otro Buda y no va a suceder nunca. No está en la naturaleza de las cosas.

La historia se repite porque ella está constituida por la humanidad inconciente. La existencia nunca repite porque ella no es nada más que divinidad, creatividad. La creatividad es no repetitiva, la conciencia es no repetitiva. La inconciencia está condenada a ser repetitiva, se mueve en un círculo, se vuelve más y más eficiente para hacer lo mismo una y otra vez, y cuánto más eficiente se vuelve, más difícil es ir más allá de lo conocido.

Durante siglos el hombre ha sido condicionado para que sea otra persona. Hay intereses creados en contra de que tú seas tú mismo, porque tienen miedo de cualquier cosa que sea nueva, porque todo lo nuevo les parece peligroso, están cómodos con lo viejo.

Todas las religiones se esfuerzan por convencer a sus feligreses que son las más antiguas, simplemente porque lo viejo es más valioso. Lo nuevo ha sido condenado porque no puede ser absorbido por el establishment.

Jesús es peligroso para los judíos porque ellos vivían un cierto modelo de vida siguiendo a Moisés, repitiendo a Moisés, tratando de ser copias de los profetas del Antiguo Testamento y aquí llega Jesús que comienza a decir cosas que van en contra de la tradición judía, así, el Antiguo Testamento decía que ojo por ojo es la ley más fundamental y Jesús llega y dice: “Si alguien te golpea en una mejilla, dale la otra mejilla también, porque Dios es Amor”…y así, lo judíos que estaban dominados por los romanos, quisieron que fuera crucificado, porque estaba haciendo temblar sus cimientos, sus mismos cimientos.

La humanidad inconciente siempre venera a la estructura establecida porque está familiarizada con ella, y hombres como Jesús, Buda o Krishna son forasteros, no pertenecen a lo ordinario, no pertenecen al mundo inconciente, hablan un lenguaje diferente, traen mensajes nuevos, y las masas tienen miedo de ir hacia lo desconocido, se aferran a lo viejo a lo pasado, veneran lo muerto y destruyen lo viviente. Y así, todos a tu alrededor te viven persuadiendo a que seas otra persona, te dicen que seas como Jesús, como Buda como Krishna y tú nunca podrás ser otra persona, eso es una castración psicológica, porque eso es imposible, puedes ser solamente tú mismo, pero jamás escuchas ni de tus padres, ni de sacerdotes, ni de tus amistades: ¡Sé tú mismo!

Jesús dice: “Ama a tus enemigos como te amas a ti mismo…”, Buda dice: “Sé una luz para ti mismo…no imites a nadie”. Podrías pensar que amar a tus enemigos es una cosa muy difícil, y no, no lo es, pero la dificultad real es que ni siquiera puedes amarte a ti mismo, menos vas a poder amar a los demás.

Acéptate a ti mismo tal como eres, de manera incondicional y ese será el comienzo de tu verdadera revolución, el comienzo de tu real transformación.

sábado, 24 de enero de 2009

LOS PROBLEMAS

Los problemas surgen debido a la memoria psicológica. Tú la metes en todo para comparar, juzgar y condenar.

De ahí, también se genera el aburrimiento de la gente porque siempre está recogiendo el pasado, cargando con el pasado y mirando al momento nuevo a través del pasado, debiendo hacerlo todo tan plenamente en el presente que no pueda sentirlo como una repetición.

El hombre de conciencia simplemente se desliza de un momento a otro, como la gota de rocío se desliza por la hoja de la hierba, sin llevarse nada. El hombre de conciencia no lleva carga, se mueve ligero, porque así todo es nuevo y entonces no se crean los problemas, y una vez creados no pueden ser resueltos. No crearlos es la única manera de resolverlos, porque una vez creados, en la propia creación ya has dado un paso en falso, ahora, hagas lo que hagas, ese paso en falso no te dejará resolverlo.

Acepta la vida tal como es, no hagas problema. En el fondo, tú creas los problemas y luego deseas encontrar alguna solución

Tienes tantas cosas en tu mente que en realidad no puedes comprender el problema, porque la mente no comprende, la mente es no–comprensión por antonomasia, es la propia raíz de la ignorancia. ¿Por qué no puede comprender la mente? Porque la mente es solamente una pequeña parte de tu Ser, y la parte no puede comprender, solo el todo puede comprender, la comprensión es del total, la confusión es de la parte. El mismo esfuerzo, la misma intención de comprender crea confusión. La parte siempre mal interpreta, porque ella intenta aparecer ser el todo, ese es el problema.

Los animales existen sin la mente, los árboles existen y existen maravillosamente, pero a la mente le gusta mucho aparentar, es la única nota falsa dentro de ti. Simplemente vive y sé.

Deja que las cosas ocurran. Simplemente sé. No digo que haya que amputar la mente, eso también sería innatural, ella también es una parte de ti, la mente tiene que tener su propio espacio, su justa proporción, pero no se le debe permitir que sea el dictador porque ahí es cuando crea problemas.

La cualidad de ser total es una armonía, se trata de dar a tu vida un ritmo armonioso con todas las cosas que existen en ella, entonces, la mente también es hermosa, entonces no te dirige hacia el manicomio, se convierte en la gran mente, en la iluminación.

sábado, 17 de enero de 2009

LA SEGUNDA INFANCIA

La infancia tiene su belleza porque no conoce la etiqueta, las maneras, los compromisos, los protocolos y todas esas falsedades y basuras.

Deberías estar contento y disfrutar de tu infancia. Esto es lo que Jesús quería decir cuando repetía una y otra vez: “A menos que volváis a nacer….”, pero ni los propios cristianos lo entendieron, ellos creen que primero tienes que morir y entonces resucitar, y en el día del juicio te llevará al paraíso. Sin embargo, si reflexionas con sensatez verás que lo que quiso decir es: a menos que mueras en este momento a tu personalidad y emerjas como una inocente individualidad, sin marcas, sin estar contaminado por la sociedad y las gentes… éste es tu renacimiento, ésta es tu resurrección.

Nadie tiene muerto a su niño interior, el niño no muere cuando creces, el niño pervive. Todo lo que has sido permanece en tu interior hasta tu último aliento, nunca has perdido la capacidad de jugar, pero la sociedad, la cultura y la civilización se han opuesto a esa capacidad porque una persona juguetona nunca es seria y la sociedad teme a la gente que no es seria, porque ella no ambiciona el dinero, el poder político, prefiere disfrutar de la existencia, pero este disfrute no te hará poderoso y no satisfará a tu ego y el mundo del hombre gira en torno a la idea del ego. Compruébalo por ti mismo, ponte a jugar con los niños y verás como tu ego desaparece.

Por supuesto, la segunda infancia es mucho más valiosa e importante que la primera. En la primera, la inocencia se debía a la ignorancia, de modo que no era clara, tus ojos llenos de asombro, sin saber nada, sin tener nada, sin ninguna tensión, sin ninguna ansiedad. La segunda infancia es tu triunfo más grande, no le sucede a todo el mundo. La segunda infancia te hace inocente sin ignorancia, llega a través de todo tipo de experiencia, es desarrollada, centrada, madura. La segunda infancia es exactamente el significado existencial de la meditación, y a partir de ahí es el gran peregrinaje de regresar a casa, a esa casa que nunca has dejado realmente, que es imposible abandonarla, porque eres Tú.

Deberías estar contento y disfrutar de tu segunda infancia, deberías sentirte bendecido por esta experiencia, es el milagro, el auténtico milagro, volver a sentirse como un niño es una gran conversión. Permítelo, no te avergüences. Pon a un lado tu edad y tu mente. Si puedes, de repente sentirás cómo una nueva energía surge en tu cuerpo. Uno tiene que volverse nuevamente un niño y entonces la vida se completa. En la infancia comenzamos y en la infancia terminamos. Si uno muere sin convertirse en un niño, el círculo de su vida queda incompleto. Tendrá que nacer de nuevo.

sábado, 10 de enero de 2009

EL MATRIMONIO

El matrimonio ha sido creado por el hombre; el amor, en cambio, es parte de la vida. Cuando creas el matrimonio en torno al amor estás creando seguridad. Estás haciendo algo que no puede hacerse, el amor no puede legalizarse, estás tratando de hacer lo imposible y, si en este esfuerzo, el amor muere, no deberás sorprenderte.

Cuando legalizas al amor, el hombre se convierte en marido y la mujer en esposa, son dos funcionarios que tienen, cada cual, una determinada función, tienen ciertos deberes que realizar, dejan de ser dos personas que están vivas, la vida ha dejado de fluir, los dos se han congelado. Observa a un matrimonio: sentados uno junto al otro, sin saber qué están haciendo ahí, sin saber porqué están ahí sentados, están, uno del otro, tan lejos como es posible estarlo. Han dejado de ser personas, porque las personas están siempre abiertas, porque están siempre cambiando. Ahora tienen un papel fijo que cumplir. Murieron el día en que se casaron; desde ese día dejaron de vivir.

No quiero decir que no te cases, solo quiero recordarte que si no sientes el amor real, el amor desde lo más profundo de tu ser, entonces no lo hagas. Y si él muere, entonces el matrimonio también pierde su valor, porque tu amor es solo un fenómeno mental, biológico, psicológico, fisiológico, pero no es eterno, porque lo eterno pertenece a lo esencial. Cuando hablo de amor real, me refiero a un estado del ser, no una relación, como casi la totalidad de los seres humanos conoce. Amar es un cambio radical en el centro más profundo de tu ser.

El verdadero amor es el único milagro, es la escalera del infierno al cielo. Si has aprendido a amar, lo has aprendido todo. La gente que hace preguntas sobre Dios, en realidad no está preguntando sobre Dios, más que preguntar, está declarando que no ha conocido lo que es el amor.

El amor puede existir en dos dimensiones: una horizontal, con la que estamos familiarizados los seres humanos, es también la dimensión del tiempo; en esta dimensión solo hay dos posibilidades: o algo es momentáneo, o algo es permanente, pero lo permanente no es más que uno junto al otro muchos momentos, pero eso también empieza y termina, nada puede ser eterno en el tiempo, si hay un principio, hay un fin. Y la dimensión vertical, que es la dimensión de la eternidad, es un salto fuera de la mente, donde ya no sueñas, ya no piensas, ya no deseas, donde abandonas el pasado y el futuro, entonces puedes ver solo el presente, aquel presente eterno, que es la eternidad, que es lo único real de la existencia.

Para alcanzar el amor, has de recordar lo siguiente:

1. Mantente aquí y ahora, porque el amor es posible solamente aquí y ahora. No puedes amar en el pasado ni en el futuro.
2. Transforma tus venenos en miel, tales como el odio, los celos, la ira, la posesividad, porque el amor es algo delicado.
3. Comparte tu positividad. Cuando aparezca la negatividad, guárdala para ti, por lo general la gente solo comparte su negatividad.
4. Sé nadie, Cuando empiezas a creer que eres alguien, te detienes, el amor deja de fluir. El amor mora en la nada.

viernes, 2 de enero de 2009

EL HOMBRE DE NEGOCIOS

Para el hombre de negocios no importa tanto la vida como la muerte, importa más la “temporada”. Su medida es el dinero, mide a los hombres según el dinero; cuánto tienes, no quién eres, eso no tiene importancia. Si tienes dinero, significas algo, si no, no eres nadie. Si te demuestra respeto, es porque respeta tus posesiones, nunca a ti. Si pierdes tus posesiones, ni siquiera te mirará. Solo le interesa Dios, si le sirva para hacer algún negocio.

Cuando ya no tengas dinero, todos te abandonarán, además nunca estuvieron contigo. No puedes tener amistad con un hombre de negocios. No, solo es amigo de tu dinero. En el momento en que el dinero ya no esté, la amistad desparece; nunca estuvo contigo.

Esto ocurre a diario en la vida. La mente orientada al dinero se ocupa de las cosas, y ese tipo de hombre está continuamente ocupado, nunca descansa, no puede hacerlo, porque siempre hay más y más que acumular. Nunca termina. En el fondo, solo se ocupa de cosas insignificantes, de lo trivial, de lo externo, de sus mercancías. Nunca de si mismo. Se ha olvidado por completo de si mismo, está perdido en el mundo. Piensa cada vez más en poseer, pero nunca en la consciencia, porque la consciencia no es una mercancía, ella no le sirve de nada.

El hombre de negocios no puede amar, porque el verdadero amor es el fenómeno más antidinero del mundo. El amor tiene que ver con Ser, es compartir, dar, no solo lo que posees, sino lo que eres.

Un hombre de amor puede descansar. El descansar es una satisfacción, pero el hombre de dinero no puede realmente descansar, porque lo suyo nunca termina. Y nunca hay satisfacción, porque el dinero no puede satisfacer al alma; el alma permanece vacía, lo interior es un vacío. Cuanto más acumulas, más conciencia tomas de tu propio vacío, tus manos están vacías, tienes dinero, pero te has perdido a ti mismo. Siempre estás ocupado con nada, y digo nada, porque al final resulta ser nada, todo lo que poseías resulta ser como algo dibujado en el agua, desaparece; llega la muerte y anula todo tu esfuerzo. Incluso en el momento de la muerte solo conoces una forma de comportarte con tu iglesia: donar dinero.

Deja de lado esa vida. Toda la existencia te invita a cada instante a que disfrutes realmente de la vida. Entra en el mundo de lo divino, ahí podrás disfrutar de la belleza, de las cosas simples: una luna llena, el ondular de un lago, el fluir de un río, es ahora donde puedes disfrutar del todo y el todo se abre y te invita a pasar.

La invitación siempre estuvo, está y estará ahí, pero tú no tienes tiempo de tomarla en cuenta…siempre estás ocupado.

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