sábado, 28 de enero de 2017

DISFRUTA DEL HOY

Las religiones han condicionado a tu mente para pensar. Pensáis como lo hacen los cristianos, los hindúes, los musulmanes, los jainas. Los cristianos piensan que Cristo vino para liberar al mundo del pecado. ¡Todo tonterías! Puedes ver que el mundo aún no ha sido liberado. De hecho, si el mundo hubiera sido completamente liberado no habría quedado trabajo para Cristo. Hubiera quebrado. Hubiera ido a la bancarrota. Hubiera tenido que cerrar la tienda. Los jainas creen que los Tirtankaras vinieron para ayudar a la Humanidad. Puedo comprenderlo: necesitas ayuda, de modo que la proyectas.

Pero un Tirtankara no te servirá de ayuda. El está, sencillamente, disfrutando de él mismo. Y si tú quieres disfrutar, puedes participar. El, simplemente, abre una puerta del desarrollo espiritual, del gozo espiritual. Y no le preocupa si vas o no vas, no le preocupa si llegan unos millones o unos pocos. Si no acude nadie es tan correcto como si acuden millones. No busca clientes. El es feliz. Las cosas están perfectamente bien para él. Si unos pocos acuden y bailan con él, bien. Si nadie va, él baila solo. Su danza sigue siendo perfecta. No es un trabajo.

Los hindúes creen que, los avataras vienen cuando el mundo está sumido en el sufrimiento, cuando el mundo está sumido en la ignorancia. Cuando la religión desaparece del mundo, entonces llegan los avataras. ¡Pura estupidez! Los avataras han venido muchas, muchas veces, pero el sufrimiento no ha desaparecido, la ignorancia no ha desaparecido.

La religión nunca se convierte en un hecho perfectamente establecido; en realidad, en el momento en que se establece, deja de ser religión; se convierte en iglesia: La religión establecida deja de ser religión; la religión solamente sigue siéndolo cuando no está establecida. La verdadera religión es una rebelión. No puedes establecer nada mediante ella; es intrínsecamente rebelde. Y el juego continúa.

Pero puedo entender cómo la gente ha proyectado su necesidad de ayuda en todo el mundo. Esa es su esperanza. Están sumidos en el sufrimiento, eso es cierto, y anhelan que alguien les ayude. ¿Por qué quieres que alguien te ayude? Porque tú no quieres asumir la responsabilidad. Primero dices que los demás te han hecho un desgraciado; ahora dices que alguien ha de sacarte del sufrimiento. ¿Qué es lo que estás haciendo? ¿No creas tú tu propio sufrimiento? ¿No puedes tú salir de él...? ¿Existes pues o no existes?

La responsabilidad es existencial, la responsabilidad te otorga tu ser. Si continúas descargando la responsabilidad en algún otro - es el Diablo el que crea el sufrimiento y es Dios quien se convierte en Cristo, quien se convierte en Mahoma, quien se convierte en Mahavira, y te saca de tu aflicción - ¿qué estás haciendo? Parece que eres como el fútbol: de un lado el Diablo, del otro lado Dios y tú estás siendo pateado de aquí para allá. ¡Ya basta! Di simplemente, «¡Basta! No voy a dejar que me pateen más».

¿Eres como el fútbol? Reclama la responsabilidad.

No estoy aquí para ayudarte. Puede que tú estés aquí para que te ayuden, pero yo no. Solamente disfruto con lo mío. Estoy haciendo mis cosas. Y serás más beneficiado si abandonas la idea de ayuda y de trabajo y de Cristo y de los avataras. Serás más beneficiado si abandonas todas las ideas de ayuda. Simplemente permanece conmigo. No metas los negocios en esto. Déjalo que sea puro juego.

No hay nada, no hay riesgo, porque no es una misión. No estoy asumiendo ningún riesgo porque no hay nada que arriesgar, no hay nada que perder. Todo lo que es, siempre es. Y todo lo que no es, nunca es. Así que ¿dónde está el riesgo?.

Si alguien llega y me mata, solamente mata mi cuerpo, que está ya muerto, siempre ha estado muerto; forma parte de la tierra. Así que, polvo convertido en polvo. No puede matarme.

Yo ya era antes de nacer; seguiré siendo después de morir. ¿Qué es pues lo que ha hecho? Nada muy importante, nada serio. Puede que piense que ha hecho algo muy importante, que me ha matado, que ha crucificado a Jesús o que ha matado a Sócrates. Esa es su idea. Pero en mí, lo que es materia volverá a la materia y lo que es consciencia volverá a la consciencia, de forma que nadie puede matarme. Puedes dispararme, pero no puedes acabar conmigo. Puedes cortarme la cabeza, pero tu espada no me tocará. La espada es material y no puede tocar lo espiritual.

No existe un riesgo y por tanto, no hay posibilidad de fracaso, porque tampoco hay posibilidad de éxito. Al no poder triunfar, ¿còmo puedo fracasar? De hecho la terminología misma, de éxito, fracaso, beneficio, pérdida, es absurda, irrelevante.

La libertad es tan absoluta que no existe ni lo bueno, ni lo malo. La libertad es tan absoluta que hagas lo que hagas está bien. No es que tengas que hacer algo y a veces esté bien y a veces esté mal. Trata de comprender mi punto de vista, desde donde yo estoy, desde el centro. Todo lo que hagas está perfectamente bien; no ha de satisfacer criterio alguno de lo que está bien; simplemente no existe el criterio de lo que està bien. Por eso puedo estar con los hasidas, puedo estar con los sufíes, puedo estar con los tántricos, puedo estar con los yoguis. Esto es muy difícil para la mal llamada gente religiosa. Si están con Mahavira, ¿cómo van a estar con Mahoma? Imposible. Si uno tiene razón, el otro está equivocado, Si estás con Krishna, ¿cómo van a estar con Cristo? Si uno está en lo cierto el otro está equivocado. Sus matemáticas son claras: solamente uno está en lo cierto. Para mí no existe criterio. No puedes juzgar quién está en lo cierto y quien está equivocado. Mahavira tiene razón porque disfrutaba con lo que hacía; Buda tiene razón porque también disfrutaba con lo que hacía; Mahoma tiene razón porque disfrutaba con lo suyo, tremendamente. El gozo es lo correcto. De modo que todo lo qué hago lo disfruto tremendamente. Y ser dichoso es estar en lo cierto.

Incluso, aunque según tú, cometo errores... Puede que a veces sientas que cometo errores. Eso será de acuerdo contigo porque sostienes un determinado criterio.

Si acudes a cualquier persona verás que posee un criterio y que mira a través de esa ventana para ver si encaja o no encaja. Pero yo no estoy aquí para cumplir con tus expectativas. Siempre estoy en lo cierto porque no cargo con ningún criterio. No existe; Ni siquiera puedes descubrir en mí contradicciones, porque todo lo que he dicho hasta ahora es irrelevante! Me tiene sin importancia. ¡Para mí se ha acabado! En el instante en que digo algo, disfruto diciéndolo; eso es todo. Más allá no es cosa mía. Cuando hago algo lo disfruto infinitamente; más allá no es cosa mía.

sábado, 21 de enero de 2017

EL VERDADERO RELIGIOSO

Ademàs del mundo objetivo y subjetivo, existe el màs importante que es el verdaderamente religioso, el trascendental.

El primero es lo objetivo; lo objetivo es el mundo de la ciencia, el segundo es lo subjetivo; lo subjetivo es el mundo del arte y el tercero es lo transcendental, eso que va más allá de ambos, que ni es objetivo ni es subjetivo, que no está dentro ni afuera. En él, los dos están implícitos; en él ambos están implicados, pero aun así es superior a los dos, es mayor que ellos, está más allá de ellos. Lo subjetivo está más próximo a lo trascendental que lo objetivo, pero recuerda: con sólo ser subjetivo, no te volverás religioso. Has dado un paso hacia el ser religioso, un paso muy importante, pero con sólo ser subjetivo no vas a volverte religioso. Puedes encontrar poetas que no son religiosos, puedes encontrar pintores que no son religiosos,... la religión es más que el arte, más que las canciones.

¿En qué consiste ser verdaderamente religioso? En primer lugar, empieza a observar tus pensamientos. Abandona el mundo público y sumérgete en el privado; observa tus sueños, tus pensamientos, tus deseos, tus emociones, tus humores y el clima que va cambiando en tu interior, un año tras otro. Obsérvalos. Esto es lo subjetivo.

Entonces viene el último y definitivo salto: poco a poco, al ir observando los pensamientos, empieza a observar al que ve, al testigo, al que está observando esos pensamientos.

Primero muévete desde los objetos a los pensamientos, luego desde los pensamientos al pensador. Los objetos pertenecen al mundo de la ciencia, el pensamiento pertenece al mundo del arte y el pensador es el mundo de la religión. Sigue yendo hacia adentro. La primera circunferencia exterior es de objetos; la segunda es de pensamientos y la tercera, el centro, tu propio ser, no es nada más que consciencia. No es nada más que ser un testigo.

Ve abandonando los objetos e introdúcete en el pensar; luego, un día, también los pensamientos serán abandonados y entonces quedarás solo en tu pureza. Entonces estarás absolutamente solo. En esta soledad está Dios, en esta soledad está la Liberación, el moksha, en esta soledad está el Nirvana, en esta soledad, por vez primera, estás en lo real.

Lo objetivo y lo subjetivo están divididos; existe una dualidad, un conflicto, una lucha, una división. La persona que es objetiva se está perdiendo algo; se pierde lo subjetivo. La persona que es subjetiva se está perdiendo algo; se pierde lo objetivo. Ambas son incompletas. El científico y el poeta son ambos incompletos. Solamente el verdadero santo es completo, solamente el santo es total. Y debido a que es total, lo llamo santo.

Con «santo» no quiero decir que sea virtuoso; con «santo» quiero decir que es total. No queda nada sin implicarse, todo está implicado. Su riqueza es su totalidad; lo objetivo y lo subjetivo se han disuelto en él. Pero él no es la suma de lo objetivo más lo subjetivo; es algo más. Lo objetivo está en el exterior, lo subjetivo está en el interior y lo religioso está más allá. El más allá abarca ambos: interior y exterior y aún así es más allá.

A esta visión yo la llamo espiritualidad; la visión del más allá.

En el mundo de lo objetivo, la acción es muy importante. Uno ha de estar activo porque únicamente la acción es relevante en el mundo de las cosas. Solamente haciendo algo puedes obtener más cosas; solamente haciendo algo puedes cambiar en el mundo de lo objetivo.

En el mundo de la subjetividad... la inacción. El hacer no es lo importante; lo es el sentir por eso algunos poetas se vuelven perezosos y los pintores, incluso grandes pintores y grandes poetas y grandes cantores tiene lapsos de actividad y luego recaen de nuevo en la pereza.

La persona subjetiva es más dormilona; más soñadora, más perezosa; la persona objetiva es activa; está obsesionada con la acción. La persona objetiva siempre necesita hacer una cosa u otra, no puede sentarse a solas, no puede descansar. Puede quedarse dormido, pero una vez despierto, ha de hacer algo. La persona subjetiva es inactiva. Es muy difícil para ella activarse. Disfruta con el mundo de la fantasía; y ésta puede alcanzarse sin la acción. No ha de ir a ninguna parte, solamente ha de cerrar sus ojos y el mundo de los sueños se le abre.

La persona religiosa es el encuentro de los opuestos: acción en la inacción; inacción en la acción. Hace cosas, pero las hace de tal manera que nunca se convierte en el hacedor. Permanece siendo un vehículo de Dios, un medio; es lo que los chinos denominan wu-wei, inácción en la acción. Incluso cuando actùa, no está actuando. Su hacer es jovial, no hay tensión en él, no hay ansiedad, no se obsesiona con ello. E incluso cuando está inactivo no está embotado; estando sentado, descansando o acostado, está lleno de energía. No es letárgico: está radiante de energía.

El, gracias a que los opuestos se han encontrado y han alcanzado una síntesis superior puede actuar como si se encontrara en un estado de no-acción y puede permanecer en un estado de no-hacer, pero puedes sentir la energía en él, puedes sentir la vibración de una tremenda actividad alrededor de todo su ser. Vaya donde vaya, lleva vida a los demàs. Con sólo su presencia la gente mortecina cobra la vida, solamente con su toque los muertos regresan a la vida.

Como Jesús... Cuando Lázaro murió llamaron a Jesús. El se acercó a la tumba donde se encontraba Lázaro y le llamó. «¡Lazaro, sal!» Y el Lázaro muerto; salió y dijo. «Estoy aquí. Me sacaste de la muerte. Estoy aquí».

Una persona religiosa es activa, no porque sea su necesidad, sino porque tiene a su disposición una infinita energía. Una persona religiosa es activa, no porque tenga que hacer algo, no porque esté obsesionada con algo, no porque no sea capaz de relajarse, sino porque es una reserva de energía tan enorme que ha de rebosar; su energía es demasiada y no puede contenerla.

Por eso mientras está sentada en silencio... Puedes ver a Buda sentado en silencio debajo del árbol Bodhi, pero verás su energía desplegàndose en torno a él; una gran aura de energía.

Lao Tse dijo que la persona auténticamente religiosa nunca hace nada, pero que millones de cosas suceden a través de ella. Nunca actúa, pero a través suyo suceden muchas cosas. Ella simplemente sigue sentada y aún así el impacto de su ser en el mundo es tremendo. Puede que nadie llegue a saber nada de ella, puede que esté sentada en una gruta en los Himalayas y que nunca sepas de ella, pero incluso así tu vida se verá afectada por ella, porque ella está vibrando. Aporta una nueva energía, un nuevo pulso a la vida; da una nueva pulsación a la vida. Puede que nunca sepas de él, pero te verás beneficiado por él.

Los opuestos se convierten en complementarios en un ser religioso. El día y la noche se encuentran y disuelven sus conflictos; el hombre y la mujer se encuentran en la persona religiosa y disuelven sus conflictos. Puede ser tan fuerte como un hombre y tan frágil como una mujer. Es tan frágil como una flor y tan fuerte como una espada. Es duro y es suave y es las dos cosas. Es un milagro, es un misterio. Debido a que los opuestos se encuentran, él va más allá de toda lógica, su ser es paradójico. Está tan vivo como el que más y está muerto, más muerto, que los muertos que están en las tumbas. Está muerto en un sentido y vivo en otro; juntos, al mismo tiempo. Conoce simultáneamente el arte de morir y el arte de vivir.

En la vida corriente la mente común siempre se encuentra dividida en opuestos y hay una gran atracción en el encuentro de los opuestos. El hombre busca la mujer, la mujer busca al hombre: el círculo del ying-yang. En un hombre religioso toda búsqueda se ha detenido, el hombre ha encontrado la mujer, la mujer ha encontrado al hombre. En su centro más interno la energía ha llegado a tal punto en que todo se ha disuelto en la unidad, en la no dualidad. Todos los opuestos se transforman en complementarios, todos los conflictos se disuelven y llega la cooperación. Entonces has llegado a casa, entonces no hay necesidad de que vayas a ninguna parte, entonces no hay nada que buscar, nada que desear. Este estado es el estado de Dios. Dios es un estado, Dios no es un objeto y Dios no es ni siquiera una persona porque Dios ni es objetivo ni subjetivo. Dios es trascendental.

sábado, 14 de enero de 2017

LA TRISTEZA

El único problema con la tristeza, con la desesperanza, con la ira con la desesperación, con la ansiedad, con la angustia, con el sufrimiento, es que tú quieres desembarazarte de ellos. Esa es la única barrera.

Tendrás que vivir con ellos. No puedes simplemente escapar. Son la situación misma en la que la vida ha de integrarse y desarrollarse. Son los retos de la vida. Acéptalos. Son bendiciones disfrazadas. Si quieres escapar de ellos, si quieres liberarte en alguna forma de ellos, entonces surge el problema. Debido a que quieres desembarazarte de algo, nunca lo observas directamente. Y luego eso empieza a ocultarse de ti porque tú lo condenas; entonces eso se va desplazando más y más hacia el inconsciente, se esconde en el rincón más profundo de tu ser donde nunca podrás encontrarlo. Penetra en la misma base de tu ser y ahí se oculta. Desde luego, cuando más profundo penetra, más problemas crea porque entonces empieza a funcionar desde puntos desconocidos de tu ser y tú estás totalmente indefenso.

Por eso lo primero es: nunca reprimas. Lo primero es: sea lo que sea, es. Acéptalo y déjalo que venga, déjalo que se sitúe delante de ti. En realidad, solamente decir «no reprimas» no es suficiente. Si me permites decirlo te diría, «Hazte su amigo». ¿Tienes tristeza? Hazte amigo de ella, ten compasión de ella. La tristeza también posee un ser. Permítela, abrázala, siéntate con ella, estrecha sus manos. Sé amistoso. Quiérela. ¡La tristeza es hermosa! No hay nada malo en ella. ¿Quién te dijo que había algo de malo en estar triste? En realidad solamente la tristeza te aporta profundidad. La risa es superficial; la felicidad es superficial. La tristeza penetra hasta los mismos huesos, hasta la médula. Nada profundiza tanto como la tristeza.

De modo que no te preocupes. Permanece con ella y la tristeza te llevará a tu centro más profundo. Puedes subirte en ella y podrás así conocer nuevas cosas sobre tu ser, cosas que nunca habías conocido antes. Esas cosas solamente pueden revelarse en un estado de tristeza, nunca pueden ser reveladas en un estado de felicidad. La oscuridad también es buena y la oscuridad también es divina. No solamente el día es de Dios; la noche también es suya. A esa actitud yo la llamo religiosa.

El miedo se vuelve sutil si quieres desembarazarte de él. Entonces; obviamente, se protege, se esconde en los rincones más profundos de tu ser. Se vuelve tan sutil y se disfraza de tal manera que eres incapaz de reconocerlo, Empieza a surgir bajo diferentes nombres. Si estás muy en contra de la ira, entonces la ira surgirá bajo otro nombre distinto, puede ser orgullo, puede convertirse en ego, puede incluso convertirse en orgullo religioso. Puede ocultarse tras tus virtudes, puede que empiece a ocultarse bajo tu personalidad. Entonces se vuelve muy sutil porque ahora si ha cambiado la etiqueta. Está desempeñando el rol de otro, pero en lo profundo permanece siendo ira.

Deja las cosas como son. Esto es lo que es el coraje religioso: permitir que las cosas sean como son.

No te estoy prometiendo ninguna rosa de jardín; las espinas están ahí, las rosas también. Pero solamente puedes alcanzar las rosas cuando has pasado por las espinas.

Un hombre que nunca ha estado triste, no podrá ser verdaderamente feliz. Es imposible para él el ser feliz. Su felicidad será solamente un simple gesto, vacío, impotente. Puedes observarlo en las caras de la gente cuando ríen; su risa es muy superficial, solamente está dibujada en sus labios. No tiene relación alguna con su corazón; está absolutamente desconectada.

No eres feliz y sabes que no eres feliz, pero no puedes aceptar el hecho porque serìa demasiado demoledor para tu ego. ¿Tú, y no eres feliz? ¿Cómo puedes aceptarlo? Puede que por dentro no seas feliz, pero ése es tu problema; no has de expresarlo, no has de decir la verdad. Cara al mundo has de mantener una fachada, has de mantener una personalidad. De modo que sigues riendo. Observa la risa de la gente e inmediatamente distinguirás cuál es la risa que proviene del corazón. Cuando la risa surge del corazón, de inmediato puedes sentir una vibración diferente, un desbordamiento. Ese hombre es realmente feliz. Cuando la risa solamente está en los labios, es hueca. Es un simple gesto, no hay nada detrás. Es una fachada.

El hombre que no es capaz de reír profundamente es el hombre que ha reprimido su tristeza. No puede profundizar porque ha reprimido su tristeza. Incluso aunque profundice en su risa, existe miedo de que la tristeza pueda salir, pueda burbujear hasta la superficie. Siempre ha de estar en guardia.

De modo que, por favor, sea cual sea la situación, empieza a permitirla. Si estás triste, está triste. Eso es lo que Dios significa para ti; en este momento al menos, quiere que estés triste. Sé pues auténtico... ¡está triste! Vive esa tristeza. Y si eres capaz de vivir esa tristeza, surgirá en ti una calidad distinta de felicidad. No será una represión de la tristeza, será trascender la tristeza.

Una persona que puede ser pacientemente triste, de repente descubrirá una mañana que la felicidad está surgiendo en su corazón desde un origen desconocido. Esa fuente desconocida es Dios. Te lo has ganado si has estado honestamente triste, si has estado auténticamente desesperado, desesperanzado, si has sido infeliz, miserable; si has vivido en el infierno, te has ganado el cielo. Has pagado su precio.

Encara la vida, confróntala. Habrá momentos difíciles, pero un día verás que esos momentos difíciles te han proporcionado fortaleza debido a que los encaraste. Tenían que estar ahí. Esos momentos difíciles son duros cuando los estás atravesando, pero después verás que te han hecho más integrado. Sin ellos nunca habrías estado centrado, con una base. ¬

Las antiguas religiones en todo el mundo, han sido repre¬sivas. La nueva religión del futuro será expresiva. Y yo enseño esa nueva religión... deja que el expresar sea una de las reglas más fundamentales de tu vida. Incluso aunque hayas de sufrir por ello, sufre. Nunca serás un perdedor. Este sufrir te hará más y más capaz de disfrutar la vida, de regocijarte en la vida.

domingo, 8 de enero de 2017

LA CULPA

El ego siempre está dispuesto a negar, nunca está dispuesto a transformarse a sí mismo. El ego puede decir que no existe Dios; no es capaz de decir «Puede que exista, porque tengo tantos bloqueos que soy incapaz de percibir a Dios». El ego puede negar que exista una flor, pero no puede reconocer el hecho de que ha perdido la capacidad de oler.

De ahí que haya tanta gente que niega a Dios. Es fácil negar a Dios. Es cómodo de hecho; debido a que no existe Dios no tienes que preocuparte de tu olfato, no necesitas trabajar sobre tu ser. Si Dios no existe, entonces no hay trabajo, entonces no hay crecimiento, entonces no hay búsqueda. Puedes ser perezoso, puedes sumirte en la letargia. Si no existe Dios, entonces no existe culpa.

Estoy en contra de la culpa, la culpa que ha sido creada por los sacerdotes, pero hay una clase distinta de culpa que no ha sido creada por los sacerdotes. Y esa culpa es muy significativa. Esa culpa surge si sientes que hay algo más en la vida y que no te estás esforzando lo suficiente por obtenerlo. Entonces te sientes culpable. Entonces sientes que, en alguna forma, estás creando obstáculos para tu propio crecimiento: que eres perezoso, letárgico, inconsciente, que estás dormido, que no tienes integración alguna, que no puedes avanzar hacia tu destino. Entonces nace la culpa. Cuando sientes que tienes la posibilidad y que no la estás actualizando, entonces surge la culpabilidad. Esa culpabilidad es totalmente distinta.

No estoy hablando de la culpa que los sacerdotes han creado en la humanidad: no comas esto pues sino, te sentirás culpable; no hagas eso otro pues sino, te sentirás culpable,... han condenado millones de cosas, de modo que si comes, si bebes, si haces esto o eso otro, estarás rodeado por sentimientos de culpa. No estoy hablando de esa culpabilidad; esa culpabilidad ha de ser descartada. De hecho esa culpa te hace seguir estando en el lugar en que estás. Esos sentimientos de culpabilidad no te permiten descubrir la verdadera culpa en tu interior. Han creado una incontable confusión sobre toda clase de pequeñeces; comes por la noche y los jainos arman un tremendo alboroto: eres un pecador, eres culpable. ¿Por qué has comido por la noche? O te has divorciado de tu esposa o de tu marido y los católicos crean un sentimiento de culpa en ti: has hecho algo malo. No era malo vivir con la mujer y pelear continuamente, no era malo destruir a la mujer y destruirte a ti mismo, no era malo destruir a los niños, entre los dos, los estabais aplastando, toda su vida estaba siendo condicionada de forma errónea. No, eso no estaba mal. Pero si te sales del matrimonio, si sales de ese infierno, te sientes culpable.

Esos sentimientos de culpabilidad no te permitirán ver la verdadera culpa espiritual que no tiene nada que ver con políticas, con ningún sacerdocio, con ninguna religión o iglesia. Ese sentimiento de culpa es muy natural. Cuando ves que podrías hacer algo y no lo estás haciendo, cuando ves el potencial que tienes, pero no actualizas es potencial, cuando ves que contienes tremendos tesoros en forma de semilla y que no pueden florecer, y tú no estás haciendo nada por ello y simplemente continúas sufriendo, entonces sientes una gran responsabilidad hacia ti mismo. Y si no estás asumiendo esa responsabilidad, te sientes culpable. Esa culpa es tremendamente importante.

Estoy aquí; la flor está aquí. En zen se dice que la flor no habla, pero me gustaría contradecir eso. Me gustaría decirte que la flor también habla, pero que se requiere de una cosa: necesitas la capacidad de oír, necesitas la capacidad de oler. La flor posee su propio lenguaje. Puede que no hable en la lengua que tú comprendes, pero tu lengua es una lengua muy determinada. La flor habla el lenguaje universal.

Estoy aquí. Mira en mi interior, siénteme, trata de embeberte de mi espíritu, deja que mi llama se acerque a la tuya. En cualquier momento puede darse el salto. Mi llama puede saltar y encender tu vela apagada. Simplemente acércate más, acércate más,... y cuando digo que te acerques más quiero decir que te sumerjas más y más en el amor. El amor es la ùnica proximidad que existe, el amor es la única intimidad que existe. No se trata de proximidad física. Es una cuestión de intimidad interior. Ábrete a mí del mismo modo que yo estoy abierto a ti, sé asequible a mí del mismo modo que yo estoy accesible para ti. No te asustes, no tienes nada que perder,... excepto tus cadenas.

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